La vida real | Reseñas | Recomendaciones

Caminando mis lugares en la CDMX

Caminando mis lugares en la CDMX

Redescubriendo la Ciudad de México con ojos locales

Esta Semana Santa quise ser una guía de turista decente, pero a la vez, no quería hacer algo muy especial. ¿A qué me refiero? A que quería mostrar lo que los habitantes de esta ciudad hacemos cotidianamente, nada de espectaculares exposiciones sino esos planes de fin de semana que armamos con los amigos locales.

Empezamos con una noche de Jazz en el Parker and Lenox. Ese barecito escondido, muy al estilo de los bares clandestinos que en la época da prohibición de alcohol en los Estados Unidos (30s y 40s) se acostumbran. Los famosos Speakeasy (algo así como habla quedito…). En plena colonia Juárez (de la que Liber ya les dio otros planes). Es un lugar pequeño y aún poco conocido… pero eso no significa que no esté lleno, siempre se recomienda reservar con tiempo, porque es probable que no encuentres lugar al llegar. El cover es de 100 pesos (mucho más económico que el Zinco, que, dependiendo del show, puede costar alrededor de 350 pesos) más tu consumo. No es barato, así que ve preparado, una chela puede andar sobre los 90 pesos.

Pero vale la pena. El ambiente, la atmósfera, es rica, sensual. Luz tenue, mobiliario pachón, cortinas pesadas, rojas. Y buena música, eso que ni qué. Siempre hay algo que ver, aunque no sé qué tanto sean conocidas las opciones que presentan, las pocas veces que he ido lo he disfrutado. La música vale la pena.

No, no verás a jovencitos escandalosos, habrá adultos por todos lados. ¡Fiu!

De día: ¡a caminar!

El día siguiente fuimos a buscar algo qué comer en el que, creo, fue el primer mercadillo de su estilo en la ciudad: El Mercado Roma. Quien no conozca el espacio, digamos que es un mercado multilocal con comida muy pípiris nais, alguna librería, tiendas de producto orgánicos (para la piel o para comer), cervecería, paletería, espacio para comer, etc. Hasta arriba hay más restaurantes en la terraza. Nota triste: la verdad yo iba con la ilusión de comprar pan en Da Silva y andavete que ya no existe.

images

Como imaginarán no es un lugar económico, pero había que visitarlo. Decidimos no comer ahí porque acabo de descubrir otro espacio que lucía interesante: El Comedor de Los Milagros, a un par de cuadras de ahí, justo frente al Mercado de Medellín.

Unknown

¿Qué es? Es un espacio multirrestaurante de comida latinoamericana. Hay peruana, venezolana, colombiana, argentina, brasileña y mexicana. Además de un local de palomitas gourmet con sabores muy originales, la Palomiux (tengo que decir que es más cara que la que está afuera del metro Polanco, Popalott). Decidimos tampoco quedarnos ahí, pues… no soy muy fan de casi nada de lo que se ofrecía ahí, y para Venezolano, tengo uno buenísimo cerca de la casa.

Y que recuerdo Huerto Roma. Así que nos encaminamos hacia allá, vía el Mercado de Medellín (no recomiendo las cocinas económicas de ahí, a mí me parecen muy desabridas). Llegamos en nada, porque también está a dos cuadras. Pensé que vería el espacio como siempre: atascado de familias hasta con el perro. Pero no, de hecho, dudé que estuviera abierto. Lo estaba. Había una feria de productos de Milpa Alta y me sorprendió que estuviera casi vacío.

HUERTO-ROMA-VERDE-3

No saben las maravillas que encontramos: salsas diversas, comida preparada ahí, rompopes, tepache y un mole que te mueres de delicioso. No cabía duda: este es el lugar donde tendríamos que comer. Y lo disfrutamos muchísimo. La verdad es que ningún corte de restaurante de mercado nice nos satisfizo tanto como las enchiladas, los tacos con tortillas hechas a mano y los tlacoyos de chicharrón.

¿Por qué estaba vacío cuando yo he ido a este espacio y casi no se puede caminar?¿Será a caso porque era algo no hipster/orgánico/deélite?

Una pena… pero total, más para nosotros.

Ahí descubrí que se organizan tours que se antojan muy interesantes en esta lejana delegación, con los que se pretende acercar “el campo” a personas citadinas.

unnamed-1

Finalmente, decidimos parar en Cine Tonalá, un lugar que me gusta mucho. Es un restaurante petfriendly (importante para mí) con bar y un club de cine. Su sala es muy cómoda y, la verdad, su cartelera siempre ofrece algo interesante y actual. De hecho, las corridas “culturales o de arte” se programan también ahí. No es muy caro, la entrada cuesta 60 pesos y si tienes credencial de estudiante o de Inapam, 45.

images-1

No entramos a alguna función porque la que seguía ya la habíamos visto, pero nos permitieron pasar a la sala porque yo quería que mi acompañante la conociera. Quedó encantado.

Él fue el de la idea de este post. No precisamente me lo dijo así pero me comentó algo así como que había que compartir esos espacios que vivimos los habitantes de esta ciudad y que poco se conocen fuera. Algo así como el video que subió el canadiense sobre el Bosque de Chapultepec, ¿ya lo vieron?

La Ciudad de México es un paraíso de opciones, algunas más económicas que otras. Incluso, no faltan parques abiertos para hacer picnics en los que no tienes que pagar nada. Este ha sido mi hogar por casi 10 años y le declaro mi constante y continuo amor. Como dije cuando me mudé: voy a disfrutarte, no a padecerte, chilangolandia.

Y vaya que lo he hecho.



2 thoughts on “Caminando mis lugares en la CDMX”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *