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Ser mamá primeriza (y no enloquecer en el intento)

Ser mamá por primera vez puede ser la experiencia más bella de tu vida, y también la más aterradora. Sobrevive a los primeros meses con más tranquilidad.

Por: Lorena Reyes

Después de una maravillosa y larga espera, por fin nació tu bebé. Estás inmersa en un estado de absoluta felicidad sin poder creer lo hermoso que es, y cómo tú solita, creaste un ser tan perfecto (bueno sí, el papá también ayudó).

74951778Tu familia y amigos te visitaron y llenaron de regalos y buenos deseos. Te sientes lista para dar inicio al periodo que tanto soñaste y para el que, por supuesto, tanto te preparaste.

Durante los 9 meses, leíste, googleaste y platicaste con cuanta persona “experta” en el tema conoces, y sabes que todas esas complicaciones de las que hablan, las noches sin dormir, el no entender cómo alimentarlo, el llanto incesante o la llegada del cansancio, simplemente a ti no te pasarán.

La Primera Noche

Todos se han ido y ahora sí, estás lista para poner en práctica todo tu conocimiento con enorme amor y entusiasmo.

Esta es la prueba de fuego, todo va bien, pero poco a poco todo ese ímpetu, pasión y ternura infinita se convierten en miedo, frustración y preguntas sin respuesta.

Te cuestionas cómo una personita de 3 kilogramos puede mover tanto tu mundo y hacerte sentir tan incompetente.

¿Qué pasó con todo lo que leíste y los consejos maravillosos de tus tías? Bienvenida realidad. Cada bebé es diferente y un mundo aparte y lo que te hayan dicho, sí, ayuda,  pero nadie te va a dar la fórmula perfecta.

¿Qué hago?

Primero, ten calma, tal vez pienses que esto nunca va a pasar y que eternamente estarás cansada, despeinada y somnolienta. Nadie nace sabiendo y tanto tú como tu bebé aprenderán a conocerse, a descifrar su lenguaje y a crear vínculos irrompibles.

Te regalo algunas claves para que te sientas más tranquila, respaldada y puedas tomar decisiones con más calma durante esta etapa:

–          Pide ayuda: No asumas que todo es tu responsabilidad. Dile a tu pareja que te ayude en las madrugadas o en algunas tomas de leche. Si los dos trabajan, traten de alternarse para ver al bebé. Tu mamá, suegra o una hermana pueden ser también una perfecta ayuda y compañía.

–          Toma tiempo para ti: El cansancio puede ser muy mal consejero, y empezarás a ver las cosas más complicadas de lo que realmente son. Necesitas al menos media hora para relajarte, tomar un baño o simplemente hacerte las uñas. En ese tiempo no permitas que nada te agobie.

–          Busca un buen pediatra: Tener el apoyo de un especialista que esté disponible 24 horas es básico. Tendrás miles de preguntas y la tranquilidad que tu doctor te puede dar es invaluable. Hay algunos que de verdad se convierten en tus ángeles guardianes.

–          Sigue en contacto: Hay mujeres que se sienten tan mal los primeros meses, que se desconectan por completo de su vida social. Al contrario, saber que el mundo sigue girando allá afuera es importante. Acepta que te visiten tus amigas, sigue chateando con ellas, sal en cuanto puedas.

–          Organízate: Habrá veces que no podrás terminar de maquillarte o te darás cuenta que llevas tres días comiendo sándwiches de atún, pero conforme pasa el tiempo te organizarás y priorizarás. Báñate mientras el bebé está dormido, haz de comer cosas que puedas congelar y comer varios días, toma una siesta cuando el bebé tome una.

–          Y sobre todo, no te desesperes: quien diga que la maternidad es sencilla ¡no tiene hijos! Es todo un proceso de cambios y ajustes pero si de algo puedes estar segura es que esto pasará y ¡podrás! Si no fuera así todos seríamos hijos únicos y ninguna madre se aventaría a tener más de dos.

¡Adelante! Muchas felicidades por este comienzo, ser madre es el mejor regalo que la vida puede otorgar y el mayor reto, pero tienes todo para hacer este trabajo.

 

 

 



2 thoughts on “Ser mamá primeriza (y no enloquecer en el intento)”

  • ¿Mi consejo? Acopla tus horarios de descanso con los de tu peque. Tanta desvelada no es buena. Acostúmbrate a darte un tiempo de descanso diario junto con tu bebé, van a estar mejor y podrás recargar la pila.

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