Uno de los más famosos seguros es el seguro de vida y hemos escuchado muchas veces que sí o sí, hay que tener uno, en especial si tienes hij@s… pero, ¿qué es y para qué funciona?
La póliza del seguro de vida
Bueno, entre todos los productos pre-pandemia, era de los más populares, creo que ahora se le ha acercado el seguro de gastos médicos mayores, pero siento que hay una diferencia: el Seguro médico “pagas para no usarlo” mientras que el Seguro de vida: pagas para que lo usen. Sí o sí será cobrado por las personas a las que quieres proteger. De alguna forma este es un ahorro para los que se quedan, mientras el primero es una inversión en caso de necesitarlo, pero si no lo necesitas, ese dinero no se le entrega a nadie.
Según la Profeco: “En este seguro, la empresa aseguradora paga a los beneficiarios una suma asegurada en caso de invalidez, supervivencia o muerte del asegurado, de acuerdo con las condiciones contratadas, siendo requisito fundamental que la póliza se encuentre en vigor.”
Básicamente: pagas durante equis cantidad de años, equis cantidad de dinero para tener una suma asegurada en caso de que fallezcas o quedes con algún tipo de invalidez durante el tiempo en que tu seguro esté vigente.
Entonces, ¿necesitamos tener uno todas las personas? Bueno, la respuesta sería sí, pero hay tantos tipos que te dan cobertura por fallecimiento, que hay para todos los gustos.
Hoy te quiero hablar de dos en particular y una importante cobertura: por muerte accidental, fallecimiento (tal cual se contrata) y los adelantos por enfermedades terminales.
Fallecimiento
Aquí se paga la suma asegurada a los beneficiados que tú dejes como tales. Esto es por causas naturales o de un accidente.
Muerte accidental
El fallecimiento a causa de un accidente dentro de los primeros 90 días posteriores a este. Es decir, este no cubre muerte natural.
La cláusula del adelanto
Esto me parece muy interesante, ya que “en caso de que el asegurado sea diagnosticado con alguna enfermedad terminal con pronóstico de vida no mayor a 12 meses, se pagará anticipadamente el 25% de la suma asegurada contratada de la cobertura por fallecimiento”, por ejemplo. Esto es de los Seguros American Express y me parece muy importante tomarlo en cuenta.
¿Quién puede contratar un seguro de vida?
Este seguro se puede contratar a partir de los 18 años y hasta 68 años y 11 meses… y claro, entre más joven, menos pagarás y entre más san@ estés, más seguro que acepten darte el seguro de vida.
La edad, género (tristemente las mujeres somos más caras), factores de riesgo y salud son los datos que determinarán la prima o dinero que pagas. Ah, y lo puedes hacer de manera mensual, semestral o anual. Y los plazos para tener un seguro van de cinco, diez, 25 años o en edad avanzada, por lo que durante todo ese tiempo vas a estar pagando tu ahorro (seguro) que se entregará cuando llegue el momento de la muerte. Si no se muere en ese tiempo, puedes volver a contratarlo, así que pregunta si es “renovable”. Sí hay seguro de vida para siempre, es decir, que pagas por determinado tiempo pero te asegura hasta los 99 años y si para entonces no moriste, te entregan el dinero.
Eso sí, casi ningún seguro cubre suicidios en los primeros dos años de contratación. Esto quiere decir que si una persona está pensando en quitarse la vida -al menos pronto- quiere contratar un seguro, no será cubierto. Y hay varios puntos en los que el seguro no cubre, como cuando practiques algunos deportes que no mencionaste al contratar la póliza.
¿Quién se queda con ese dinero?
Si, cuando mueres, no existe ningún beneficiario, la suma se paga en partes iguales a la persona cónyuge y descendencia, y si estas personas no existen, a la ascendencia, es decir: padre y madre.
Revisa si tu seguro incluye servicios adicionales como asesoría jurídica testamentaria, apoyo emocional, orientación médica, etc.
Ojo:
Si quieres que tus hij@s sean beneficiar@s, piensa cómo administrarán esos recursos hasta que sean mayores de edad. Y es importantísimo que al momento de tener descendencia, hagas un testamento y ahí decidas quiénes van a ser los tutores de ell@s.
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